miércoles, 6 de noviembre de 2019

On 19:17 by Voluntarios Capuchinos in    No comments


UN SÍ AL AMOR
Llegó el día de dar el sí definitivo:
el de Getsemaní, al pie de aquel Olivo.
Llegó la hora de ser como el trigo molido
Y, abrazando la Cruz, del Reino ser testigos.

Y no dieron ni un paso atrás
En su camino hacia el Calvario.
En sus almas reinaba la paz
Y el perdón en los labios.

Nadie tiene un amor más grande
que el que por los otros entrega la vida (Cf Jn 15,13).
Nadie tiene más valor
que quien hace de su vida un sí al amor.

Llegó el momento de amar, y hacerlo hasta el extremo
fijando, sin dudar, la mirada en el Cielo.
Y la esperanza quebró las cadenas del miedo,
y, libres de temor, remaron mar adentro.

Fueron instrumentos de paz,
corderos entre los lobos.
Demostraron hasta el final
que la fe lo puede todo.

Nadie tiene un amor más grande
que el que por los otros entrega la vida (Cf Jn 15,13).
Nadie tiene más valor
que quien hace de su vida un sí al amor.

Las vidas que fueron don y alegría en la entrega
se hicieron oblación en horas de tinieblas.
Confiados en la oración encontraron su fuerza,
fieles a la misión en la más dura prueba.

Tierra fértil que recibió
del Sembrador la semilla,
vuestra sangre se derramó
para engendrar nueva vida.

Nadie tiene un amor más grande
que el que por los otros entrega la vida (Cf Jn 15,13).
Nadie tiene más valor
que quien hace de su vida un sí al amor.

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